La vida cotidiana es rápida. Las nuevas tecnologías, aunque han facilitado muchos aspectos, también han cambiado la forma en la que vemos el mundo: ahora todo se necesita inmediatamente, incluso algunas plataformas de video han optado por incorporar una reproducción más rápida de sus contenidos para satisfacer estas necesidades.
En contraparte, la lectura sigue inmutable desde hace siglos. Precisa su tiempo y su espacio para el disfrute, más aún en un país como el nuestro, donde cada persona lee, en promedio, 3.2 tomos al año.
“La gente trae prisa todo el tiempo, pero cuando no trae prisa, lo primero que hace es sacar su celular y empieza a ver videos, a escuchar música, a mandar whatsapps, etc. Pero ¿qué pasa si cambiamos todos esos momentos en donde las personas pierden su tiempo en el celular y lo conviertes en un momento para leer? Y leer no significa solamente acabar un libro en una banca, sino darle 10 minutos, darle 5 minutos, darle en el Uber, darle esa oportunidad de los espacios para poder ir sumando, sumando a la lectura.
“Por cada 20 minutos que tú sumabas la editorial donaba un libro y me parece que es una forma muy sencilla de sumarse a una iniciativa porque en 20 minutos todos nos perdemos en algo. La verdad es que en el día pierdes mucho el tiempo en diferentes cuestiones en el tráfico, en la tienda del súper. Entonces era una manera muy sencilla de ayudar y de aportar”, señala, en entrevista exclusiva para El Heraldo de México, Hugo Cabrera, director creativo en Cheil México, la agencia creativa que creó un maratón de lectura junto a Penguin Random House.
Rompiendo mitos de la lectura
Uno de los primeros retos a los que se enfrentó el equipo de Cheil es, precisamente, a la necesidad del tiempo para terminar la lectura. Por eso, apostó a dar un incentivo, que es ayudar a los niños que lo necesitan a tener acceso a los libros, con un pequeñísimo esfuerzo.
“Lo que nos hacía mucha falta y que encontramos era esta forma sexy en la que le hablamos a las personas. No le estamos hablando desde que son pequeños a las generaciones de cómo la lectura no es aburrida, sino que la lectura es algo interesante, es algo genuino, te hace viajar por mundos.
“Existen muchos tabúes alrededor de la lectura, que sí existen escritores que también tienen como todas esas narrativas complicadas, pero también hay otros que no, que han logrado suavizar y que han logrado transportar desde la ciencia ficción hasta el drama, hasta cosas mucho más vivenciales, y que es para todo público”, explica Cabrera.
Como no podía ser de otra manera, el uso del lenguaje es vital para acercar a las nuevas generaciones a las narrativas que no solo les permitirán un rato de esparcimiento, sino acercarse a nuevos mundos e ideas.
“Creo que lo que nos hace falta es poder hablarlo con un lenguaje quizá para generaciones más jóvenes y que te atraiga a los gustos de cada uno, sabiendo que existe una variedad muy rica hoy en día”, concluye.