Racquel "Kelly" Smith, una mujer de 35 años, fue sentenciada a cadena perpetua en Sudáfrica por tráfico de personas, cometido en agravio de su propia hija de seis años, Joshlin Smith, quien desapareció el 19 de febrero de 2024 en Middelpos, Saldanha Bay.
Junto a su novio, Jacquen Appollis, y un amigo, Steveno van Rhyn, Smith fue declarada culpable de secuestro y tráfico de personas tras un juicio de ocho semanas que culminó este jueves 29 de mayo de 2025.
La sentencia, dictada por el juez Nathan Erasmus en un centro comunitario para facilitar la asistencia pública, incluye 10 años adicionales por secuestro, a cumplirse de manera concurrente.
"No necesito enfatizar la gravedad (de los hechos). El secuestro de una niña de seis años, privándola de su libertad de movimiento y de su libertad", dijo el juez.
Testigos revelan que la niña fue vendida a un curandero

Joshlin, una niña descrita como alegre por su maestra, desapareció mientras estaba bajo el cuidado de Appollis, según afirmó inicialmente Smith. Vecinos de Saldanha Bay se unieron en una búsqueda masiva, pero el caso dio un giro inesperado cuando las autoridades descubrieron que la madre estaba implicada.
Durante el juicio, Lourentia Lombaard, testigo clave, reveló que Smith le confesó haber vendido a Joshlin a un "sangoma" (curandero tradicional) por 20,000 rands (alrededor de 21,000 pesos mexicanos), destacando el interés del comprador en los "ojos y piel" de la niña.
Otro testigo, el pastor Nico Coetzee, relató que Smith le explicó en un encuentro en 2023 que había gente interesada en comprar a su hija por un precio de 20,000 rands sudafricanos, pero que ella estaba dispuesta a aceptar incluso la cuarta parte de ello, lo que reforzó las acusaciones.
Se desconoce aún el paradero de la niña

Aunque los curanderos tradicionales son legales bajo la Ley de Practicantes de Salud Tradicional de 2007, este caso ha exhibido la urgencia de regular algunas de sus prácticas.
El paradero de Joshlin sigue siendo un misterio. Las autoridades continúan la búsqueda, que se ha extendido más allá de Sudáfrica, todavía sin resultados.
El juez Erasmus calificó a Smith como "manipuladora" y señaló su falta de remordimiento. Los acusados, que no presentaron defensa, fueron descritos como responsables de un acto que "fracturó" a la comunidad de Middelpos.
La abuela de Joshlin, Amanda Smith-Daniels, expresó en un comunicado que la traición de su hija destrozó a la familia, dejándola al cuidado de los otros dos hijos de Smith con el temor constante de perderlos.
El caso ha expuesto problemas sistémicos en Sudáfrica, donde más de 17,000 secuestros fueron reportados entre los años 2023 y 2024, según estadísticas policiales. La pobreza, el abuso de sustancias —Smith tenía antecedentes desde los 15 años— y el tráfico de personas son problemas recurrentes.