La comunidad está conmocionada por el brutal asesinato de María Fernanda Benítez, una adolescente de 4 meses de embarazo que fue golpeada y calcinada por su novio y una amiga de la adolescente en Paraguay.
La situación alcanzó un punto crítico cuando un grupo de vecinos, enfurecidos por lo ocurrido, decidió tomar justicia por mano propia y quemó la casa de Bernardo, el novio de la víctima y principal sospechoso del crimen.
El trágico suceso ocurrió el pasado fin de semana, cuando el cuerpo sin vida de María Fernanda fue encontrado calcinado y con signos de violencia en un terreno baldío. De inmediato, las autoridades iniciaron una investigación que apuntó a Bernardo como el principal implicado y a una amiga de María Fernanda, debido a indicios encontrados en la escena y testimonios de allegados.
La noticia del asesinato corrió rápidamente por el barrio, y la rabia contenida de los vecinos se transformó en furia. El día de ayer, decenas de personas se congregaron frente a la casa de Bernardo. Entre gritos de justicia y dolor, lanzaron bombas molotov al inmueble incendiándolo, sin embargo, no se reportaron heridos, ya que el sospechoso no se encontraba en el lugar al momento del ataque.

Benítez. Foto: FB Ernest Valenzuela
Detienen a Mikhaela Chiara y a Bernardo, presuntos asesinos de María Fernanda
Este martes fue detenida Mikhaela Chiara de 19 años de edad, la joven que habría ayudado a Bernardo con el crimen de Fernanda Benítez.
Cabe destacar, que el supuesto autor del asesinato sería el compañero y novio de la víctima, que se entregó a la Policía tras el hallazgo del cuerpo de María Fernanda.

La fiscal del caso, Gladys Torales, reveló que Mikhaela , amiga cercana del imputado participó activamente en la planificación del crimen.
Gracias a la entrega voluntaria de un teléfono celular por parte de la madre de Bernardo, se descubrieron mensajes que evidencian la premeditación.
En estas conversaciones, presuntamente Mikhaela le habría dado instrucciones a Bernardo sobre cómo interrumpir el embarazo de Fernanda, primero con pastillas y luego con métodos más agresivos. Cuando la víctima decidió continuar con la gestación, comenzaron a planear su asesinato. En los mensajes se hablaba incluso de métodos para no dejar rastros: inyecciones de aire y entierro en el patio.

