Durante la marcha del 12 de octubre en Tepic, las comunidades indígenas de Nayarit, representadas por los pueblos náayeri, wixárika, o'dam y meshikan, conmemoraron el Día Internacional de la Resistencia de los Pueblos Originarios y el Día Estatal de la Resistencia Civil en Nayarit.
El evento, reunió a varios movimientos populares y organizaciones de resistencia civil, fue un espacio de reivindicación y protesta ante lo que calificaron como un "constante despojo de sus tierras y recursos," promovido por megaproyectos y políticas extractivas que amenazan su modo de vida. En un pronunciamiento emitido desde la Ciudad de las Artes Indígenas en Tepic, los representantes de estos pueblos recordaron que la lucha por la defensa de sus territorios ha perdurado más de cinco siglos.
"Llevamos 532 años resistiendo la invasión, el saqueo y la violencia que se ejerce sobre nuestros territorios. Hoy, seguimos enfrentándonos a las mismas fuerzas colonizadoras, disfrazadas de progreso y desarrollo, que buscan apropiarse de nuestros recursos", señalaron.
Uno de los temas más relevantes en la protesta fue el rechazo al proyecto de la presa hidroeléctrica Las Cruces, un megaproyecto que sigue latente y, según los manifestantes, amenaza el equilibrio ecológico del río San Pedro. Así como la supervivencia cultural y espiritual de las comunidades que dependen de este cuerpo de agua.
"El río San Pedro no solo es agua, es vida para nuestras comunidades. Es nuestro sustento, nuestro vínculo con lo sagrado, y no permitiremos que una presa lo destruya", afirmaron los voceros.
Proyecto para comunidades indígenas
Este megaproyecto, que se había anunciado en años anteriores, ha sido un punto de tensión entre las comunidades indígenas y las autoridades federales. Además, denunciaron el proyecto SHINO, que planea trasvasar agua desde el río San Pedro hacia el estado de Sonora, otro intento, dijeron, de explotar sus recursos sin su consentimiento.
"Nos oponemos a que nos arrebaten el agua que por derecho nos pertenece, agua que ha sostenido nuestra vida durante generaciones", expresaron.
Señalaron que las decisiones sobre sus territorios deben ser consultadas con las comunidades, como lo establecen los convenios internacionales. En el pronunciamiento, también se hizo énfasis en la militarización de sus territorios y la creciente criminalización de los defensores de derechos humanos. Afirmaron que las fuerzas de seguridad del Estado no solo protegen los intereses de las empresas, sino que también reprimen a quienes defienden la tierra.
"El Estado ha convertido nuestros territorios en campos de batalla, donde la violencia y la intimidación son las armas para silenciarnos. Pero no nos callaremos", advirtieron.
Ante ello señalaron varios casos de agresiones recientes contra activistas indígenas y población como el desplazamiento forzado en comunidades de Huajicori. Finalmente, los manifestantes hicieron un llamado urgente al gobierno federal para que cese la imposición de proyectos que no cuentan con el consenso de las comunidades y exigieron la cancelación definitiva del proyecto hidroeléctrico Las Cruces.
"La tierra, el agua y la vida no se venden, se defienden" y prometieron seguir luchando hasta el último aliento por la preservación de sus territorios y culturas.
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