De creer al presidente Donald Trump y su "alter ego" y subjefe de asesores Stephen Miller, Los Ángeles son una ciudad bajo ocupación de invasores externos que "será liberada" con el concurso de las Fuerzas Armadas.
Pero de considerar las opiniones de analistas citados por la prensa estadounidense, se trata más bien de otro paso en el propósito de concentrar poder en sus manos y esta vez, además, de tratar de poner contra la pared al gobierno del mayor estado demócrata del país.
"Parece ser en gran medida un pretexto, o al menos estar motivado más por la política que por las necesidades reales", dijo Chris Mirasolo, profesor de derecho de seguridad nacional en la Universidad de Houston.
En una medida que no se usaba desde 1965, el mandatario determinó el envío de tropas de la Guardia Nacional a Los Ángeles para enfrentar las protestas causadas por redadas de la Policía migratoria en diversos sitios de la ciudad.
Para algunos en Estados Unidos, se trata en realidad de una maniobra política, un intento de distraer la atención de sus problemas.
Y probablemente tendrá éxito: las imágenes de soldados de la Guardia Nacional al enfrentar a manifestantes que enarbolan la bandera de otro país (o un micrófono como Lauren Tomasi, la reportera australiana que recibió el impacto de una bala de goma deliberadamente disparada por un policía detrás de ella), son mas atractivas que leer y pensar.
Trump recurrió al uso de leyes federales que autorizan al Presidente a llamar al cuerpo militar cuando “Estados Unidos… sea invadido o esté en peligro de invasión por una nación extranjera, o cuando exista una rebelión o peligro de rebelión contra la autoridad del Gobierno de Estados Unidos”.
Para Trump y sus propósitos tal estado de rebelión existe y la movilización de dos mil elementos de la GN podrá durar 60 días, o más si fuera necesario, y deja abierta la posibilidad de llamar a otros elementos, como la Infantería de Marina.
Para Gavin Newsom, el gobernador del estado, se trata más bien de fabricar una crisis.
El pretexto usado es un tanto irónico por cuanto se trata del mismo gobierno que hace unas semanas perdonó a miles de participantes en la asonada del 6 de enero de 2021, cuando miles de sus partidarios invadieron el Capitolio del Congreso estadounidense para tratar de impedir que el Congreso certificase la derrota electoral de Trump en las elecciones de 2020, hubo cuatro muertos, incluso un policía.
Para la revista The Atlantic, muchos partidarios de Trump "se alegran ante la perspectiva de un enfrentamiento que termine con izquierdistas ensangrentados, esposados y enfrentándose a delitos graves".
Pero según medios políticos estadounidenses, Trump busca desviar la atención pública de su disputa con Elon Musk, su bajo índice de aprobación económica y la pugna intrarrepublicana alrededor de su proyecto de ley presupuestal, hacia la aplicación de la ley migratoria, un tema que le ha dado grandes dividendos desde que comenzó a usarlo en 2015.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE
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