Estamos ya en los días inmediatos posteriores a la elección judicial. Es importante que tengamos la oportunidad de reflexionar sobre lo ocurrido y sus implicaciones. Me permito compartir con ustedes algunas reflexiones sobre el particular.
Lo primero que es innegable es que el ejercicio fue objeto de un desaire evidente de la ciudadanía. Vimos casillas básicamente vacías en todo el territorio. Esto fue el reflejo de que a la ciudadanía no le apeteció participar en un proyecto que en el mejor de los casos se entendió como muy confuso y no creíble.
No podemos dejar de señalar que el proceso fue abandonado por la ciudadanía, pero aun así se generó una enorme manipulación con el uso de acordeones y otras formas de inducción al voto. Es decir, no se permitió un voto informado y libre. Nadie sabía realmente por quiénes podían y estaban votando. Los electores en casilla estaban totalmente confundidos.
Se presentaron una serie de errores evidentes que viciaron el proceso en la casilla. La idea de concentrar todas las boletas en una sola urna es descomunal, porque eso hace que el cómputo posterior sea doblemente complicado. Se imprimieron 602 millones de boletas se las que se utilizaron solamente el 10% cuando mucho. Las no utilizadas no se cancelaron. Esto abre la posibilidad para el uso posterior de dichas boletas.
Ahora lo preocupante es que este mecanismo se va a seguir utilizando por ser un tema constitucional, a pesar del evidente fracaso. El no ver que Morena tiene voluntad de escuchar y corregir, hace que sea evidente que el objetivo no es mejorar la justicia. Se desvanece por completo el argumento del mandato de las urnas en 2024 porque el electorado despreció el ejercicio.
Hay que insistir en que los juzgadores no deben ni pueden ser populares. Quizá para el populismo eso haga sentido, pero para temas de verdadera justicia se ha iniciado una destrucción con impactos severos. Los responsables de la posible corrección son quienes deberán pagar la factura histórica del desorden generado.
El escenario para la elección de 2027 es dantesco. La incompatibilidad entre las elecciones normales y judiciales hará de ese un escenario de incompatibilidades evidentes. No hay buenas expectativas si no se modifica lo que no funciona. Una nueva reforma constitucional es urgente.
Cerramos destacando que no hay aún denuncias por corrupción en el Poder Judicial. Entonces no sabemos cómo es que se usó ese argumento para justificar esta maniobra de venganza por parte del ex Presidente, y que la actual Presidenta no tuvo el tamaño e independencia para parar la hemorragia. Manifestamos además nuestra preocupación por la desacreditación inminente del INE -excusa para destruirlo y así consolidar el golpe de Estado en centralizar esta función-, tal y como pasó con transparencia, competencia económica y telecomunicaciones.
Así de grave lo que vivimos, pero es la realidad de los hechos y más vale que les demos el golpe si no queremos seguir siendo simplemente testigos de la destrucción institucional en curso. Aún hay tiempo de evitar la debacle total. La ciudadanía debe actuar y no ser tolerantes ante abusos tan evidentes.
POR JUAN FRANCISCO TORRES LANDA RUFFO
COLABORADOR
MAAZ