Mientras los alcaldes de Tequisquiapan, San Juan del Río y Amealco de Bonfil, en Querétaro, se preparan para actos públicos, ferias y eventos turísticos, el deterioro y abandono de los servicios públicos se agrava, y el río San Juan -que cruza los tres municipios- se está secando.
En Tequisquiapan, el presidente municipal Héctor Magaña llega debilitado a la Feria Nacional del Queso y el Vino, que se celebrará del 22 de mayo al 8 de junio. Vecinos denuncian fallas persistentes en la recolección de basura, alumbrado público deficiente y un transporte limitado e ineficiente. Más de 60% de los estudiantes depende del transporte público, pero las rutas son escasas y las frecuencias insuficientes, a pesar de intentos como la conexión con QroVan hacia Ezequiel Montes.
Ante la indiferencia, vecinos anticipan protestas durante la feria, para lograr que sus denuncias tengan respuesta.
A ello se suma el ecocidio que vive el río San Juan, cuyas aguas negras y contaminadas -producto de descargas industriales y la falta de vigilancia municipal- han provocado la muerte de árboles emblemáticos como los ahuehuetes centenarios.
En San Juan del Río, gobernado por el panista Roberto Cabrera Valencia, la situación es similar. La falta de más de 200 elementos policiacos ha dejado vulnerable a la población, mientras que las obras públicas prometidas por más de 200 millones de pesos enfrentan cuestionamientos por su baja calidad. A esto se suman denuncias de presunta corrupción en trámites municipales y casos de acoso laboral en la administración. Mientras tanto, el río San Juan sigue recibiendo toneladas de residuos sin tratamiento, y la respuesta oficial ha sido el silencio.
Finalmente, en Amealco de Bonfil, el morenista Óscar Pérez Martínez ha sido criticado por su desconexión con la realidad social del municipio, como cuando fue visto usando una camisa de lujo valuada en más de 50 mil pesos, en una de las zonas con mayor pobreza del estado. La prestación de servicios como la recolección de basura y el alumbrado público es deficiente, y la reacción ante emergencias ambientales ha sido tardía e insuficiente. En abril, un incendio forestal evidenció la falta de preparación institucional. La contaminación del río también es visible en Amealco, pero no existe un plan de acción ni coordinación intermunicipal.
A los tres mandatarios les corresponde coordinar un plan emergente para la recuperación del río San Juan: frenar las descargas ilegales, sanear las plantas tratadoras, sancionar a las empresas responsables de la contaminación industrial -como Kaltex y Kimberly-Clark-, además de las ladrilleras de San Nicolás, que utilizan residuos prohibidos como los askareles, sin que nadie diga o haga algo.
El tiempo se agota, y con él también la paciencia de la gente que busca visibilizar la realidad de sus municipios.
Nos vemos a las 8 por el 8
POR SOFÍA GARCÍA
@SOFIGARCIAMX /
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