La sangre espanta, mamá? Así le preguntaba mi tía la Chata a su mami (o sea mi abuela), Josefinita. La pobre niña era muy impresionable… y viviendo en un barrio bravo, le tocó ver una gresca en la zona de lavaderos de la vecindad. Dos vecinas se habían agarrado de las greñas y a golpes.
Lo que ahora conocemos como el “spray” de sangre, salió volando hacia la menor y efectivamente, se enfermó de “espanto”. Yo estoy enferma de “espanto” desde el martes y sé que estoy “espantada”, porque alguna vez ya me sentí igual. Mi tía la Chata dejó de comer y de dormir. Bajó muchísimo de peso. A mí el “espanto” no me llegó a tanto, pero sí me siento descolocada.
Como… fuera de mi cuerpo. Un poquito nomás. Una vecina fue al cuartito de Josefinita a revisar a la muchacha y descubrió que se le había sumido la mollera y “tenían que curarla”, porque su “espíritu estaba afuera”. La cura era bastante peculiar: acostaban a la niña boca arriba. La curandera gritaba: “Espíritu de Cecilia, ven!”. A lo que la Chata tenía que gritar: “Allá voy!”. Acto seguido, la sanadora brincaba por encima del cuerpo de Cecilia. Así una y otra vez.
A mí me dolió el martes, que XIMENA era una chica ejemplar, trabajadora, con una actitud hermosa hacia la vida y hacia todas las personas. Años y años concertando con ella, recorridos y entrevistas para Clarita Brugada.
Hace no tanto, había llegado una hora antes a la cita y hasta me permitió echarme un coyotito en el sillón de su oficina. Al lado, tras una enorme puerta de madera, los asesores (incluido José), se encontraban en junta.
Yo a los 14 años ya trabajaba, pero para mi santo. José a los 14 ya militaba en Uprez, donde estaba aprendiendo estrategias para ayudar a los más necesitados. Neta ando mal. No las traigo todas conmigo. La verdad me negué a rebuscar imágenes o comentarios en las redes. Sin embargo, éstos me salían al paso en todos lados.
Durante una transmisión me parece haber visto unas 15 veces el momento exacto del homicidio. La moto. El auto. Robados… como la vida de Ximena y José. Pero me acabé de “espantar” cuando la cámara hizo un acercamiento al enorme charco de sangre entre el arroyo y la banqueta. No pude más y le di rienda suelta a la búsqueda en redes.
En serio, el resultado fue DEPLORABLE. Personajes públicos, famosos, poderosos… vertiendo, una cantidad de veneno y ruindad imposibles de creer. Qué les habían hecho estos dos jóvenes? Trabajar desde la madrugada para ver cristalizados sus sueños, sus principios, su UTOPÍA.
Y cuál será la de aquellos perfiles deleznables que no conocen la empatía? Un país donde los multimillonarios no tiene que pagar impuestos? Una vida que transcurre en caricaturas políticas, donde pueden denigrar incluso a los funcionarios que sí funcionan nomás porque no traen los “colores” de su equipo? Pienso en Ximena y José. De verdad eran pareja? De verdad iban a una reunión de seguridad? De ser así, la vida… o la muerte, debe ser irónica. No tengo miedo, yo nomás, ando “espantada”.
POR FERNANDA TAPIA
@TAPIAFERNANDA
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