La verdad no peca, ¡pero vaya que incomoda! Y el idioma no miente, aunque con él solemos distorsionar la realidad para que no huela, ni se vea, ni retumbe como escatológico. ¡Qué lejos quedan nuestros legisladores de la gracejada, como el entonces senador español y luego Premio Nobel, Camilo José Cela, quien cuando le señalaron que estaba dormido en la sesión, aseguró que él “estaba durmiendo, pero no dormido”. El presidente de aquel senado, Antonio Fontán, catedrático de latín le replicó “¿no es lo mismo?”. Ante lo cual, el escritor soltó: “pues no. Porque no es igual estar jodido que estar jodiendo”.
Pues así ahora… Mientras el pueblo está jodido, el senador no está jodiendo. Me refiero a Ricardo Anaya, del PAN, por supuesto. Y no, antes de que empiecen, yo por fortuna soy apartidista y esto no se trata de defender ni a Anaya ni a la oposición. Lo que busco es hacer ver que, independientemente de lo que dijo el queretano, la situación a la que nos ha llevado la 4t sí es una mierda. ¿No les gusta el término? Pues usemos sinónimos más elegantes.
Escatológico, lo cual puede ser “perteneciente o relativo a las postrimerías de ultratumba” o bien a “lo fecal, excrementicio”. Y sí, a las postrimerías de la ultratumba han llevado a la democracia y a lo fecal o excrementicio al Poder Judicial y la división de poderes.
¿Qué?, ¿no? Los reto a desmentirme.
Lo “cagado” (así, entrecomillado) del asunto es que la 4t se afana en demostrar esta “boñiga” como un éxito. Y que ahora con los comentarios de Anaya, el más molesto sea Fernández Noroña. Cagado, cagadísimo, de risa loca. El mismo que, siendo diputado en el 2012, decía que decirles sus verdades a los diputados no es faltarles al respeto, ahora no soporta la verdad, ni que llamen a las cosas por su nombre. ¡Qué caca!
En el afán del buen uso de la palabra, Fernández Noroña actúa de forma incongruente. Quien se ha comportado del asco, empezando con sus propios “camaradas” del PT, a grado tal que estos llegaron a abuchearlo, ahora culpa a la oposición de hablar mal de él y del mierdero que ha coordinado desde su curul en el Senado. Cierto, el líder del Partido del Trabajo se disculpó con el senador un día después de la rechifla, pero no así todos los que participaron en la 12ª reunión nacional de ese instituto político.
Por tanto, parafraseando a Fernández Noroña, no se falta al respeto, tan solo están llamando a las cosas como son. Porque ¿cómo llamar a quien siendo de un partido, reniega de este para integrarse a otro?, ¿priista redimido, tránsfuga o ser muy mierda? Porque eso es lo que hizo el senador al sonreír satisfecho con su credencial de Morena. ¿O no? Que alguien me desmienta.
¿Cómo llamar a las subvenciones que el gobierno ofrece a sus seguidores, pagadas con nuestros impuestos? Seamos francos, en la sumatoria total es muchísimo dinero, en lo individual y para el núcleo familiar muy significativo; pero si lo comparan con lo que ‘se clavan’ la crema y nata del oficialismo, sí que los apoyos resultan ser solo los residuos.
¿O cómo explicar que en Morena prefirieron la cagada del AIFA a la utopía del NAICM?
¿Cómo describir las inundaciones en los hospitales públicos? No se trata de agua límpida y cristalina. ¡Qué va! Es agua putrefacta, infectada de caca; de excremento, pues. Así como en las que estuvo sumido el Valle de Chalco el año pasado. No tarda en volver a ocurrir.
¿Cómo definir —¿y con qué cara se defiende?— lo que hicieron con el Poder Judicial???!!! Más allá del proceso desaseado, el resultado es una reverenda porquería. Entre otras cosas porque el uso que hacen en el Senado de nuestro tiempo y de nuestros intereses como ciudadanos se trastoca en “deposición” por el nulo nivel de debate que hacen los representantes populares. Y no, no me refiero a los comentarios escatológicos de Anaya, sino a que México enfrenta (además de los incontables arietes nacionales), la furia de los aranceles de Trump…
Y a los millones de boletas que no se utilizaron en este proceso comicial y que se convirtieron en porquería y suciedad que el INE tendrá que echar a la basura.
La lista sigue, pero hasta ahí la dejo porque los sinónimos de la palabra ‘mierda’ son finitos y las acciones de la 4t que caen bajo esa denominación, también.
A quien considere que “abono” falta como sinónimo, le informo que no es así. El abono tiene una función, ayuda a las plantas, pero la mierda de este gobierno solo es eso, mierda.
Queda entonces claro: ¿cómo llamar al golpe de Estado, que es lo que este régimen ha dado en México, sino lo más mierdero, de lo mierdero?
Tres en Raya
(1) ¿Dónde están aquellos juristas competentes, que esgrimían la palabra con el poder de su oratoria basada en el conocimiento?, ¿dónde quedaron los legistas que conocían el arte y oficio de legislar, usando un vocabulario vasto y una excelente verbalización de ideas y propuestas?
(2) Las expresiones escatológicas, pero al mismo tiempo ciertas, continuaron. La senadora Carolina Viggiano comentó que Esteban Villegas, gobernador de Durango, había resistido las presiones de Morena durante la elección local, a diferencia de otros que fueron unas "nalgas prontas”, que “ni siquiera se las piden, van y las entregan”. Le preguntaron, entonces, si hablaba del ex gobernador de Hidalgo Omar Fayad; ella asintió.
Por supuesto, como diría Fernández Noroña, no se le falta al respeto, tan solo se está llamando a las cosas por su nombre.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
COLABORADORA
MAAZ